Etiqueta yurany

Capítulo Diecinueve: Preguntadera

No se le mencionó nada al Yéferson ayer. Se le dio almuerzo, comida y cama. Además, como que lo ajuiciaron donde estaba, porque aprendió a lavar el plato apenas terminó de comer, cosa que no hacía antes, porque estaba convencido…

Capítulo Quince: Mutante

Yeferson no apareció ayer y me tocó quedarme con la simcard sin saber qué hacer. Así que salí a trabajar a ver si consigo la plata y le pago el celular al señor. Aunque ya no llamó y llama no…

Capítulo Catorce: La Sim

Tal parece que el hombre del celular ni cuenta se ha dado de la pérdida de su teléfono. No llamó en todo el día. Ahora tengo un problema y creo que es grave. ¡Yeferson no aparece! Es un problema porque…

Capítulo Trece: La Cenicienta

Era la mañana de un Martes, salí a eso de las seis a buscar qué recoger. Iba tranquilamente por los lados del Estadio y me pitó el mando. El servicio era a seis cuadras de ahí. Así que emprendí marcha…

Capítulo Doce: Ganar y perder

Hoy todo volvió a la normalidad, la gente se devolvió de sus vacaciones e inundó otra vez las ciudades con su presencia, llenándola no solo de ellos, sino de caos. Yo salí por primera vez a probar cómo había quedado…

Capítulo Once: Comunicación Directa

Hoy madrugué a la empresa de taxi para que me activaran el radioteléfono: salí más endeudado de lo que pensé. Cuando llegué me ofrecieron un cupo allá, algo que es primordial para afiliarme a la empresa y me llamen a…

Capítulo Diez: Instalación y prueba

Después de mucho insistir con el radioteléfono, Yeferson y yo nos dimos cuenta de que instalarlo nosotros iba a ser imposible. Así que en la noche, cuando la energía se agotó para alumbrarnos y dejarnos seguir trabajando, decidí que iba…

Capítulo Nueve: El traído

La magia de la Navidad radica, sobre todo, en la inocencia de los niños y la capacidad de nosotros, los padres, para decirles mentiras a ellos. Porque si, uno educa a los niños en torno a la verdad y a…

Capítulo Ocho: La limpieza del alma

La visita que hicimos ayer fue de esas que tienen un objetivo moral y sentimental. Todos, absolutamente todos, siempre que alguien se nos va de este mundo, sentimos la obligación de seguirlo visitando en el cementerio. Eso hicimos ayer. Tal…