Por primera vez en su vida calló, lo hizo y se sintió bien, se sintió bien, pero también se sintió mal, cerró sus ojos, sintió como una comezón extraña le caminaba por la nariz desde la punta de la frente para abajo, sintió como sus ojos se fueron encharcando y poco a poco sintió algo que por primera vez, por primera vez le cubrió el rostro, una lágrima física empezó a brotar de sus lagrímales y se fue deslizando poco a poco por la nariz, que en éste punto ya se tornaba roja, él que siempre había visto como su tristeza se expresaba por medio de lágrimas de tinta que brotaban de sus manos, las recorrían y finalizaban en un blanco, suave y monótono papel que a veces con el tiempo, la intemperie y las pisadas de él, pasaba a ser amarillo.
Calló, si, lo hizo. Él, una persona llena de alegría, que habla mucho, ese día, calló y no le comentó a nadie lo que sentía, lo que le pasaba, veía como todo dentro de sí se desmoronaba y caía profundamente en un abismo, en ese abismo en lo que se convirtió su corazón, calló, porque veía como su familia se destruía de a poco, tal vez por su culpa, tal vez por culpa de otros, pero se desmoronaba, calló, porque no sintió ganas de contarle a nadie lo que pasaba para no despertar sentimientos hipócritas, respetaba eso, pero sabía que contándole a sus amigos tal vez no podría solucionar nada.
Se sintió mal al callar, porque no supo como explicar lo que sentía, a quien se lo debía explicar, se sintió mal porque hoy, justamente hoy, su cuerpo había derramado gotas de sangre, tal vez por eso se sentía tan mal hoy, tal vez por eso miraba sin rumbo, no hubo sonrisas en su cara, no hubo palabras para expresar, su mirada perdida hacía que los demás lo miraran con extrañeza.
Lloró por primera vez, escribió lo que sentía, lo que pensaba, suspiró, tal vez sea lo mejor, se dijo, sonrió nuevamente, esperó un abrazo, nunca lo encontró, esa noche no lo encontró, por su culpa o simplemente por falta de confianza, pero nunca llegó, el abrazo, murió en su imaginario y se esfumó en polvo para así evitar ser recibido por otra persona.
Más lágrimas volvieron a correr por sus ojos, miró el horizonte negro y oscuro que lo acompañaba, las luces de la ciudad se veían al fondo, el verde que llega en la mañana se había perdido hacía más de 5 horas y él esperaba que eso lo reconfortara, miró el cielo, buscó las estrellas que lo alegraban y ahí no estaban, la luna estaba perdida tras el sol y él estaba perdiendo su paciencia. Iba a explotar, ¿qué voy a hacer?, se preguntó. Sonrió nuevamente. Dio un paso al frente y sintió como el abrazo llegaba desde el vacío por el cual caía.
Bello Juanse…tristemente hermoso y muy real ….mucho más real de lo que el texto deja entrever.Besosmiles!!!
Es asombroso cuando el ser humano encuentra en la escritura la estrategia mas perfecta de huida y creacion. Esto es una felictacion temporalmente prolongada por esos escritos y en especial con este que sostuve un concexion impresionante, se convirtio en la traduccion de los q llevo sintiendo por varios diasun abrazo
Muy bien…recibió un abrazo del vacio que él se creo…Saludos. Nos leemos
Es un escrito realmente conmovedor, con el cual me es fácil identificarme. En verdad es un orgullo saber que en este país hay gente con tu talento, ojala llegues muy lejos, pues al igual que muchos de mis libros favoritos, tus escritos me resultan fascinantes
Fui yo, que te sostuve con mi abrazo en el aire,para que no cayeras.Bello,Juanse!Mil besos!
Muy chevere!!!… Es impresinante como la mente se envuelve en medio de la necesidad y el desconcierto de no saber que hacer.Algo loco el abrazo logrado por el personaje!!!… 😀
Parce…excelente…este tipo de escritura llena a quien lo entiende y valora…parcero, movés fibras con este escrito…a lo bien.
Callar, a veces no podemos hacer otra cosa más que callar y callar. Estremecedor, me ha gustado mucho. Te felicito.Un gran beso, cuidate, Juanse.
Qué lindo.Me gusta tu blog!Te agreguéUn saludo!