Deje sus tierras por mi

Fausto

Yo tuve una cuñada que vivía en un edificio en El Poblado y en el piso abajo de su apartamento, vivía Fausto, el cantante.

Un día, creo que en uno de esos arrebatos de muchacho, luego de saber dónde vivía, fui a tocarle la puerta. El man me abrió y me miró.

Yo le dije: Buenas don Fausto, dígame que usted dejará sus tierras por mi. El hombre me miró, se rió y me dijo: Pero yo no canto esa canción.

Yo le dije que sabía que él no cantaba esa canción, pero que quería que él dejara sus tierras por mi. El hombre se volvió a reír.

Me dijo: Bueno, Dejaré mis tierras por ti. Lo dijo cantadito. Luego le di un papel y me firmó un autógrafo. Fui feliz. Luego subí a un asado.

Después me lo encontré en el ascensor. No tuve cara para mirarlo. Eso sí, él se rió apenas me vio. Mi novia de esa época no entendió nada.