Foto: Oscar Suescún
Cuando hace unos cuatro meses decidí ponerle precio a un sueño, la ansiedad por si se realizaría era indescriptible. Con más cariño que dolor, dí el dinero que habíamos pactado, porque si, a mi me queda difícil, mucho, dar el valor que yo mismo le puse a ese sueño. Y más aún, conseguimos a veinticinco personas que nos apoyaran. La persona artifice y quien acolitó la locura, es alguien que se ha encargado de cumplir sus sueños y ha trabajado muy fuerte para lograrlo y que trata de cambiar esa postura y credibilidad que tienen las personas de Medellín, con respecto a esos que les prometen cumplirles un sueño y luego les salen con un chorro de babas, si, ése mismo que he defendido a capa y espada y que es una de las personas en las que más confío, fue el que me lo propuso y yo le seguí la corriente.
Fue un bonito negocio, Yo pongo la plata, él se encargaba del contacto. Además tendría la oportunidad de conocer a la banda, una camiseta oficial y entrada VIP al concierto. Para muchos un negocio chimbo, muchos dudaron de lo posible que era eso. Yo, simplemente por esa confianza que les dije tenía por la persona que me lo proponía y porque era mi banda favorita, por encima de las gringas con las que empecé, por encima de las argentinas que me introdujeron en el punk rock y por encima de esa pasión que desbordo por otras bandas seguí adelante.
Llegaron a mi correo muchos mensajes de personas diciendome que como voz que se alza sin problemas publicara sus mensajes, pero para el bienestar del evento, de mi amigo y mío mismo, opté por dejar en el anonimato y no mencionarlos, para que no se fuera a generar un mal ambiente.
Los meses pasaron, el cartel se confirmó, mi novia, quien tambien colaboró con esa locura, era una que estaba siempre preguntandome y molestando con frases como, será que si nos cumplen, será que si, una semana antes del concierto tuvimos una discusión por eso. Porque faltaban cuatro días para el evento y no había comunicación con la organización para ese “privilegio” del que gozaríamos por ser los que ayudamos con la traída de la banda a la ciudad. Pero yo, asi como he defendido muchas veces a Felipe, esta vez tambien lo hice sin ningun inconveniente y terminé enojandome. Porque si yo no confiara en él y en su palabra, no la habría invitado a ser participe del evento.
Trotsky Vengarán llegó a Medellín el jueves y al viernes fue el gran día, iba a conocer a mi banda favorita, esa que tengo por encima de miles de bandas en el mundo, por encima de todas esas que escucho y por la que preferí pagar mucho dinero que había ahorrado para ver en vivo a Green Day. Pero que al tener esta oportunidad, no dudé en hacerlo.
Eran las nueve de la noche, caminé por toda la treinta y tres hasta llegar a Vertigo Bar, allá estaba Felipe, me saludó, me preguntó por mi novia y me pidió que fuera a buscarla, a ella y a toda la gente que esperaba en Opio Studio, donde habíamos quedado de encontrarnos con la banda.
Con un poco de mariposas en el estomago revoloteandome, volví a entrar a Vertigo, ésta vez acompañado de la gente que había hecho el mismo negocio que yo, Felipe nos presentó con la banda. Ellos, con una sonrisa, con mucha alegría y como si nos conocieran de toda la vida, nos acogieron en su seno, nos invitaron a sentarnos y lo primero que hicieron fue ofrecernos unos tragos de cerveza.
Yo, sin creerlo, simplemente busqué entre mi timidez a Cuico, ese que he visto cantar y tocar la batería magistralmente y con esa misma timidez, que tal vez me iba a impedir guardar el momento en fotografías, porque la suerte con los ladrones me arrebató la cámara hace unos meses, me puse a conversar con él, cuando con esa humildad que caracterizó a la banda, fue él el que me pidió la foto. Yo no sabía qué pensar, que una persona que admiraba tanto me pidiera una foto, fue algo que no pude controlar. El corazón subió su palpitar un poco más. Luego fui encontrando camaras en el camino y fotos fueron y vinieron, hasta que en un momento me senté con Hugo y como si hubiésemos estudiado juntos conversamos, recordamos historias y nos reímos durante dos horas o más, sin detenernos.
La despedida de la banda, esa noche, en la cual no contaba con mucho dinero, fue una invitación a tomar algo al otro día. Tomé el carro de una de mis mejores amigas y asi partí a mi casa en el sur de la ciudad.
Al otro día, era el momento de cumplir con el contrato, ese que se firmó a la manera antigua, o sea con la palabra, como buenos montañeros, yo te doy algo y vos me das tanto. Cuando llegué al obelisco, mientras muchos querían tomarse fotos con ellos, encontré entre la multitud la mirada de Felipe y en el interior del sitio, la mirada de esos cuatro uruguayos que nunca quitaron la sonrisa de su cara y nunca se cansaron de agradecernos esa “hazaña” que logramos.
El domingo fue el gran día, no dormí por la ansiedad y porque el celular sonaba. Las once de la mañana, me bañé, era el momento de ponerme encima esa camiseta que la banda nos regaló a modo de agradecimiento. Yo, me reconcilié con el negro, luego de tres años sin usarlo, era un orgullo llevar en mi pecho el nombre de esa banda que me ha ayudado a superar momentos malos y me ha servido para celebrar los buenos, esa que me ha enamorado y me ha hecho odiar, esa que simplemente anhelé durante siete años ver en vivo.
El concierto empezó y pese a ser un fiel admirador de todas las bandas que tocaban, no quise cantar, seguía los ritmos, cantaba en mi cabeza, las piernas me temblaban, la banda nos saludó apenas llegaron, nos firmaron unos discos que ellos mismos nos regalaron y mi ansiedad era tal que no cruzaba palabra con nadie, lo necesario nada más.
Mi incredulidad para con Felipe vino ese día, donde dije que no le iba a creer nada hasta no ver a Trotsky Vengarán cantando en vivo. Pasaron las horas, Tr3s de Corazón se subió a la tarima y luego de unas seis canciones, llamaron a tarima a Guillermo, el vocalista de Tky para que cantara con ellos “Antidoto” mi canción favorita del nuevo disco, por el contenido lirico y la música. Cuando Guille se fue acercando, saqué la camara filmadora, dio uno, dos, tres pasos, terminó de subir las escalas a la tarima y cuando empezó la canción sentí como un par de lágrimas corrieron por mis mejillas, la piel se me erizó y la estupefacción que experimentó mi cuerpo, fue tal que no pude cantar.
La hora se había llegado, la espera terminado y Trotsky Vengarán ultimaba detalles para lo que sería su presentación.
Con Noche Alucinante, abrieron ese que seria mi más alucinante momento de la vida. Las dos lágrimas de antes, se convirtieron en más de diez, yo, que nunca lloro, que mi manera de llorar es plasmar en papel lo que siento, ese día sentí las lágrimas. Una a una fueron desandando canciones, mi corazón palpitaba a mil por hora, mi voz se desgarraba al ritmo de la de Guille y mi cuerpo se movía tanto como Cuico en la batería.
La energía de Hector, la entrega de Hugo, la humildad de Guille y la sonrisa de Cuico, fueron esos recuerdos que me dejó conocer a mi banda favorita, si quieren ver como viví el momento, hay unos videos rotando en Facebook, ahí verán que por el movimiento de camara, estaba muy feliz, pues yo era el camarografo.
No me voy sin darle las gracias a Felipe, por cumplirme un sueño, por hacerme conocer a la banda, más como banda y verlos como personas, por hacerme conseguir un contacto tan ameno para con ellos y hacer que esa confianza que siempre he depositado en él, sea cada vez más y más, porque no se si vas a seguir acolitando esas locuras, pero yo creo que las podemos hacer más seguido. Y si, Felipe es un loco y por ser un loco está cumpliendo sus sueños. Porque es loco aquel que siempre hace lo imposible por hacer sus sueños realidad.
Juanse…. se dibuja de nuevo una lágrima en mi rostro al revivir este momento que es impagable, sólo nos queda agradecer al guerrero incansable por cumplir nuestro sueño.
Nos queda la evidencia que entre todos podemos alcanzar objetivos y que podemos cumplir mas sueños.
qué emotivo!
salud por la locura de cumplir un sueño!
besos,Juanse*
JuanSe!
Fue inevitable que un par de lágrimas salieran de mis ojos al leer esto. No fui al concierto por muchos motivos, pero imagino el momento y, la verdad, se siente la emoción con tus palabras!
En mi pasión de wannabe music journalist, aunque más amante de la música que simple reportero alrededor de ella, he leído muchas reseñas de conciertos y de bandas, he escrito algunas… y ninguna transmite tanto como la tuya [aunque yo sé que no es una reseña como tal].
Yo he leído tus escritos, trato de no perder la pista de ninguno de ellos, pero, por todo lo que despierta este, lo elijo como el mejor de todos! Me dieron ganas de haber estado allí.
En serio, me alegro por tu felicidad, querido JuanSe.
Maravilloso Juanse!!!
Fue inevitable que no se me aguaran los ojos… Yo estoy a 4 días de hacer realidad mi sueño y aunque a diferencia tuya… me lanzo a la locura solita… no podría ser posible el hecho de ir a ver a mis Ballenitas sin contar con todas esas personitas que creyeron en este sueño tanto como yo.
Me pongo muy feliz por vos… que bacano Juanse… no hay nada mejor que luchar hasta haber logrado los sueños!!!
Te felicito!!!