Tr3s de Corazón, Me dejó «Quieto»

Foto: www.tresdecorazon.com

Yo, tal vez uno de los hinchas más viejos que tiene Tr3s de Corazón y que aun sigue apoyando la banda, llegué el viernes 23 de abril del presente año a Unicentro, luego de una tarde de trabajo, dolor de cabeza y con una punzada en el brazo izquierdo por haber donado sangre. Escéptico, como lo que me he convertido, entré al centro comercial, escuché solo las ultimas tres canciones del recital, pero quedé con la satisfacción de escuchar la canción que para mi es sinónimo de lágrima y que la banda interpreta hace más de siete años que los conozco “Deje todo”.

Y si, tambien estuve esceptico porque fui de esos que se alejó de la banda, dando paso a nuevos chicos que llegaron a apoyarlos y muchos de ellos que aducen tener más pasión que yo, simplemente porque me pareció decepcionante “La vida sigue” tercera placa del grupo. Mejor dicho, como se lo dije a Felipe una vez, llegaba hasta la canción ocho y me daban ganas de apagar el equipo.

Se me hizo entrega de ese disco que había generado tanta expectativa en mí y en casi toda la ciudad con una preventa que tal vez rebasó lo que era la venta de discos en una era tan digital donde todo se puede bajar de Internet.

La banda demostró que es la que más seguidores tiene y yo, con mi placa en las manos, me fui del sitio y luego de un viaje largo, llegué a casa. Sin importar el cansancio y sin importar el mareo, lo introduje en mi computador y le di play, esperando quitarme ese mal sabor que me había generado el anterior disco.

Al empezar, me encontré con una canción energica pero suave como “Quietos todos” la homónima del disco, y oh sorpresa, volvieron a esos sonidos underground que fueron los que me hicieron enamorar de su música a los 12 años de edad. Luego vino esa razón que hizo crecer la banda, el futbol, cargado de mucho entusiasmo y mucho fervor, dan unos golpes rapidos característicos del PunkRock y luego con una seguidilla de olés, hacen que lo pegajoso de su música vuelva a inundarme.

Así poco a poco fui devorando el disco, confirmé que Elkin Ramirez es una leyenda demasiado grande para mí y que su voz aun no logra convencerme, que “Culpable” no era la canción que mejor demostrara lo que es hoy en día la banda y por eso como lanzamiento no me pareció, aunque hay que admitir que su ritmo es demasiado pegajoso, porque algo aseguro es que en Altavoz y en el concierto de Musinet, todos salimos tarareando ese “Siempre culpable por ser tan inocente”.

Luego se viene mi primera sorpresa, mis primeras ganas de darme contra el muro y cantar, antes en “La estupidez de este mundo demente” me dieron ganas, pero en “Circo Nocturno” una melodía de ocho acordes, al estilo más clásico del punk canta lo que muchos siempre hemos querido cantar, al menos los que no bailamos y nos burlamos de esos que salen cada noche a disfrutar de una noche de rumba.

“Me dejaste caer”, “Vamonos” y “El camino a la cima” son canciones que me llenaron; melancolía, perseverancia y sobre todo unas claras muestras de la madurez de la banda, fueron cosas que me alegraron pese a ser canciones lentas y oscuras.

Nada que decir de “Explosivo” una canción digna de su colaborador; Dilson Díaz le da ese toque oscuro de él, y la letra, simplemente genial, ya acá me di cuenta que la banda se cansó de enamorarse y desenamorarse y quisieron hacer ciudad, hacer sociedad, hacer personas y sobre todo, levantar la voz, decir acá estamos y nos duele lo que está pasando.

“Mi angel en el infierno” es eso, una canción angelical al principio, que luego explota y se convierte en infierno, sobre todo porque pese a ser una canción de amor, tambien es una canción que critica rutinas y sigue con ese aire de hacer sociedad, de hacer tomar conciencia.

El grunge y ese sentimiento Glam se mezclan en “Vuelvo de cero” una canción estática, de esas que reflejan lo que siente uno cuando toca volver a empezar algo, trabajar, una relación, lo que se te pueda ocurrir, esos días de nada. Y pese a ser plana, matiza muy bien la música. “A veces” vuelve a la crítica, a esa personal tristeza que se siente cuando se discute, cuando se introspecciona y simplemente no sabes qué decir. Luego viene una de mis preferidas, “No”, canción que me remitió a “Tres pajaros negros” de Attaque 77, no porque sea igual, ni más faltaba, sino que es una exploración dentro del reggae por parte de la banda y luego explota en ese punk que más me gusta, además que Mario y su sentimiento de unidad y respeto, ayudan mucho a reforzar la letra de la canción que es simplemente indescriptible.

El último bloque del disco, ese que explora al maximo los teclados, ese que me gustó, por su simpleza, por llegar a expresar lo que son las relaciones amorosas, las tristezas, lo que se vive en una primera vez, lo que se espera de una relación nueva, lo que se jurará, lo que se amará por siempre. Centrandome en la canción que más me gustó que fue “Antidoto” y que pese a mi fanatismo por Trotsky Vengarán banda en la que canta Guillermo Peluffo,  me genera unas ganas de bailar aunque no sepa hacerlo, que me mete en un PunkRock de aire muy feliz, pero que con la mezcla de las voces de Sebas y de Guille explican a la perfección el tema que tratan. Homenaje a las mujeres y una canción que vuelve a pensar en la sociedad, que crítica ese mundo en el que nos hemos convertido son las que cierran con broche de oro algo que simplemente se queda corto en palabras y solo puedo invitar a escuchar.

En fin, mi intención como hincha fue desmenuzar uno a uno los bloques del disco, que a fin de cuentas me pareció tiene un matiz que te hace subir, te baja y te vuelve a subir hasta generar un éxtasis que tal vez pensé había perdido y que simplemente me hace decir que Tr3s de Corazón sigue siendo mi banda favorita, pese a que ya tengo 20 años y a que he tenido discrepancias con su música. Lo unico que puedo decir del disco es que mezcla lo under de “No hay tiempo que perder” con lo profesional de “La vida sigue” y conjuran uno que se convertirá en uno de mis discos favoritos y que por el momento a mi me ha dejado quieto.