Tango Amor

Pareja bailando tango

Foto: http://www.flickr.com/photos/barnigomez/

Se conocían desde que tenían siete años, hoy doce años después de estar juntos, de conocerse los más oscuros secretos, seguían juntos. Eran la mejor pareja de tango que había podido dar la ciudad, habían ganado eventos de esta danza en su barrio natal, tradicional por el gran auge que ha tenido éste genero musical traído de las tierras del sur, desde la muerte de uno de sus más grandes exponentes en un trágico accidente aéreo en la ciudad.

Esa tarde, mientras bailaban, con la sonrisa en la boca, ella divisó entre la multitud a alguien que le cambió la vida. Esa tarde, por esa sonrisa que encontró en el publico, se cayó. Él, con su arrogancia a flor de piel, característica de un bailarín masculino, la miró con el entrecejo a rabiar y los dientes a punto de partirse, se bajó de la tarima y no fue capaz de salir a recibir el premio al segundo puesto.

Aunque se lo había advertido, esa tarde ella, vio como llegaba a las cercanías del escenario ese chico con el que llevaba saliendo hacía casi tres meses, pero que tenía que ocultarlo a su compañero de baile, quien creía que por ser siempre su pareja, iba a ser también su compañero sentimental.

El saludo con un beso hizo que su compañero de baile se irritara más, un par de flores le entregó, ella se ruborizó más, es más, se le notó por encima del maquillaje

Los reclamos no se demoraron en llegar, el novio de ella, en son de defenderla, recibió un puñetazo en el rostro de cuenta de su compañero de baile y al no quedarse quieto, respondió el golpe y terminaron convirtiendo los camerinos del escenario en un ring de boxeo.

El director de la compañía de baile entró a separarlos y entre gritos y golpes le pidió a ella que no volviera a llevar a su novio, para no terminar convirtiendo la mejor pareja en una pelea por buscar un beneficio personal, pues era de saberse que él, Juan, como se llamaba su compañero, estaba perdidamente enamorado de ella.

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Esa tarde, mientras bailaban, con la sonrisa en la boca, ella divisó entre la multitud a alguien que le cambió la vida, se subió al escenario, desenfundó un arma de fuego, hizo dos disparos, uno en la frente de ella, otro en la nuca de él, la pelea, le había dejado el rencor a flor de piel y más que ese con el que se había peleado, le había quitado esa que había sido su pareja de tango durante doce años.

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