Sobre la tecnología y la mala educación

Foto: http://sophimania.blogspot.com/

Debo reconocer que soy contestatario, que digo las cosas sin medir cuánto pueden llegar a herir a alguien y que luego pienso que no debí haberlo dicho por la herida que causaron, pero también debí decirlo porque no aguantaba más. Y gracias a eso, varias personas me han dicho mal educado por meterme y opinar sobre sus opiniones, pero es que eso de ser tan amigo del debate es lo que me lleva a polemizar muchas cosas. Entonces si es por eso, si, soy mal educado. Pero eso si no soy tan mal educado como vos.

No voy a generalizar y tampoco voy a señalar a una sola persona, el que lo quiera tomar, que lo agarre para sí mismo y diga: “Carajo, yo soy asi” o “Carajo, este man qué se cree”. Pero si hay algo que maldigo y que me desespera son tus audífonos en los oídos o tu dedo pulgar y tus ojos puestos en la pantallita de tu teléfono móvil de última generación que te impiden prestarme atención cuando hablo.

Esta es tal vez la más grande muestra de mala educación de este tiempo moderno, donde la tecnología la llevamos casi que implantada en la piel, pero que ha rayado en los límites de educación tales que impiden que una conversación se desarrolle de manera fluida y hasta a veces que se desarrolle.

Porque se han dado casos de hombres declarándole su amor a una mujer, con un par de rosas en la mano o una chocolatina y ella, muy bonita está con los audífonos puestos escuchando Fonseca a todo volumen, asintiendo y sin siquiera quitarse uno de ellos. Al final le preguntas qué le dijiste y responderá entre risas:”Si, eso que dijiste, estoy muy de acuerdo” o hay gente que si escucha lo que le dijiste, pero realmente, ¿hasta que grado somos capaces de tolerar eso? yo soy una persona que piensa que cuando habla con una persona con sus audífonos en los oídos se va a perder la esencia de lo que digo.

Ni hablar de los que mantienen sus dedos y ojos atentos a lo que les dice su amigo virtual al otro lado del charco y no están presentes en la conversación contigo, es más, están leyendo y cuando les conversas ellos sonríen mientras miran la pantalla y tu, que les estás hablando de la enfermedad terminal de tu abuela, piensas que está riéndose de lo que le cuentas, pero luego recuerdas que no, que está más metido en su plan de datos que le vale un platal y lo debe aprovechar, que en la vida real que te está pasando.

Si, son avances tecnológicos muy buenos para la comunicación, para el entretenimiento. Y reconozco que extraño mi reproductor de música, pero también debo decir que cuando lo tenía lo primero que hacía era quitarme los audífonos para escuchar atentamente qué me iban a decir. Es más, cuando escucho música en el computador, me tomo la tarea de bajarle volumen a los parlantes para escuchar atentamente a mi interlocutor y así ofrecerle un poco de respeto.

Pero para qué vamos a hablar de respeto en este tiempo moderno en el que los jóvenes le pegan a los padres porque no les compran el celular que sus compañeritos de clase tienen, o donde los jóvenes ven a los ancianos en la calle caminando despacio y se burlan de ellos en vez de ayudarlos a cruzarla.

Igual, no aspiro cambiar el mundo con esto, simplemente pedirles que por favor sean capaces de darle “Stop” a sus reproductores y quitarse los audífonos o de echarse al bolsillo el celular última generación para que quienes queremos seguir conversando como en los viejos tiempos sintamos que podemos hablar con amigos a los que cada vez queremos hablarles menos por su atención desviada a otras actividades mentales.

Y si de pronto les queda tiempito, pueden hablar con esos viejos de los que se burlan y no ayudan a cruzar la calle, para que él les cuente qué pasaba con alguien que no hablaba con un interlocutor y es más, les puede también enseñar a escribir en sus aparatitos de última generación, o sólo les puede enseñar a escribir, pero eso será motivo de otra discusión a la que le dedicaré tiempo también.

Un comentario

  1. Ayyyyy, qué razón tienes!!!!!!!!! Si hay algo en este mundo que no soporto es la mala educación (donde se incluye todo lo que tan bien explicas en tu entrada), y desgraciadamente, es lo que más abunda…

    ¿Qué podemos hacer?

    En fin, para contrarrestar los efectos nocivos de la mala educación, te mando un cariñoso saludo y te deseo una feliz semana! 🙂

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