Ilustración: JuanSe
Con la lluvia que golpeaba mi rostro, la ropa mojada y el cuerpo aun tratando de conservar el poco calor que le quedaba, me senté, ya nada podía hacer, el lanzamiento de ése cohete se había aplazado, tanto por la ausencia de uno de los tripulantes, como por la lluvia.
Mientras pensaba y escuchaba el sonido de la lluvia, Triguisar quiso salir de mi bolsillo, él también estaba preocupado porque ella no llegaba, luego de que se lo había prometido.
La estrella que llevaba en mi mano derecha, seguía reluciente, la lluvia no había cesado y no le había hecho ni un solo estrago, tal vez esa fuerza con la que seguía pendiente de lo que ocurriera con ella y sobre todo con su par, no dejaba que con el agua, corriera la tinta, hasta terminar en una gigante gota azul, que mancharía de uno u otro modo el suelo.
La lluvia cesaba, el cielo se destapaba, el cohete se limpiaba y Triguisar lloraba, al principio pensé que eran gotas de agua y por eso con mi pañuelo intenté limpiarle el rostro, pero no, eran lágrimas, grandes, que fluían a borbotones por el rostro del niño.
Es hora de abordar y aunque el cielo se está volviendo a cubrir, ya no se puede esperar, estamos a unos minutos de cumplir la misión y de empezar ese rescate.
Subo al cohete, cierro los ojos, una lágrima me recorre el rostro, la siento descender por mis pómulos y aterrizar en mis labios. El cielo cada vez más cerca, ella cada vez más lejos, el fuego cada vez más frío y los ojos cada vez más negros, simplemente abrirlos, buscar otro rostro o dibujarlo, seré yo quien vaya a las estrellas, tratando de enlazar en el aire esa mano que quería apretar mientras iba junto a ella, para realizar ese sueño que ambos queríamos y siempre tuvimos, pero que no sé por qué ella se negó a cumplir.
El traje listo, la cuenta regresiva empezando, la estrella se ve cubierta por un guante blanco luego de que la beso, el azul empieza a desteñirse, a borrarse, la misión estrellas, se ve amenazada, los motores se encienden, el corazón se acelera, Triguisar me abraza, se abrocha su pequeño cinturón, va en cinco, el fuego ya está empezando a encenderse, los mecánicos hablan por el intercomunicador, el corazón quiere salirse, va en dos la cuenta. Cuando siento que el cielo se va a venir sobre mí, se aborta el despegue. Ella, con su estrella en la mano izquierda llega, me besa y pide disculpas por haber mandado el mal clima, ya que el desespero la hizo llorar, porque no encontraba el marcador para pintarse la mano.
Muy chévere el dibujito..y la métafora también!!
Abrazo
Que belleza!!!… esa última parte estuvo muy tierna… se puso a llorar porque no encontraba el marcador… 😀
Abrazos!!!
ay qué delicia! maravilloso,Juanse! maravilloso!
mil besos*
Hola JuanSé, quería pedirte permiso para bajar esta ilustración de tu blog para poner de fondo en un video de mi hija.
Hola Borja, acá las cosas son libres para que quien quiera usarlas, lo haga, así que dale tranquilo sin ningún problema. Eso sí, te pongo una condición: Quiero ver el video, sólo por saber cómo lo usaron.
Un abrazo.
Como te he comentado, sólo lo hemos puesto de fondo en una canción que ha querido grabar mi hija. De todas formas, si quieres verlo, mándame un correo y te lo subiré a youtube como privado.