Estrellas en las manos II

Desperté extrañado, quise levantarme y algo me lo impidió, miré a mi alrededor y vi las estrellas en la pared, estaba en mi habitación, el olor del ambiente estaba cambiado, había un aroma a Ralph Lauren que me recordó a ti. Intenté volverme a levantar pero ese algo no me dejaba mover.

Levanté la cobija y vi lo que me aferraba a la cama, una mano con una estrella en la muñeca me aprisionaba por el cuello, su cabeza recostada en mi pecho, su cabello castaño rodeaba mi cuerpo y sus trenzas relucían sobre todo.

¿Si será posible? Me pregunté, sonreí, sentí su olor y sí, era ella, había decidido volver. Suspiré y tomé el libro en mis manos para leer hasta que ella despertara, miré el reloj, eran las diez de la mañana de un sábado caluroso, ella despertó sus ojos chiquitos como siempre que despertaba, me miró, el libro estaba sobre ella a una distancia considerable que la dejó verme facil, sonrió y yo supe qué era, también sonreí.

Lo que esperaba que sucediera, ocurrió rápido, sin dolor, se realizó como lo había planeado, luego de varias estrellas pintadas en el piso, ella vio en mi mano derecha la estrella que le había prometido poner todos los días, sonrió, estás loco, dijo, pero asi te quiero.

-¿A qué horas llegaste?- le pregunté.

-A las 5 a.m.- respondió.

-Wow, madrugaste.

-Quería que fuera una sorpresa, así como las que me hiciste en el suelo, quería que fuera una sorpresa como los sanduches de los jueves, como las sonrisas fugaces y los sueños en los que nos encontramos.

-Pues, vaya que lo ha sido. Y ¿Cómo entraste?

-¿Te acuerdas la llave que alguna vez me diste cuando estuvimos juntos?

-Si.

-Pues yo te había dicho que la había botado, no fue así, la tenía muy bien guardada, junto a mi corazón, igual, siempre te he llevado y sé que con vos siempre he podido contar.

-Y entonces ¿ya que hacemos?

-Volvámonos a casar.

-Está bien.

-Pero no quiero que sea tan hechizo como antes, que ambos le dijimos el uno al otro lo que dice el ministro. Quiero que sea real, en serio, como siempre lo planeamos.

-Me parece bien, organicemos todo y hagámoslo.

Ese día fue maravilloso, tal vez detuvimos el tiempo, como lo hacíamos antes, besos, abrazos, sonrisas, peliculas, desayuno, almuerzo y comida, en la noche salimos a caminar por las calles como era nuestra costumbre, un café granizado y una sonrisa nuevamente, un hasta siempre y para siempre selló la noche, las preparaciones comenzarán.

7 comentarios

  1. A ver, a ver….pero en "estrellas en las manos I", se anunciaba la fecha de su muerte,la de él…Yo espero….Besos,hijo! Te requiero!

  2. Esas estrellas son tan mágicas, como la curiosidad que carcome por saber qué sigue…Al igual que Rayuela, esperaré.Saludos Juanse.

  3. pues esperemos, pero me encanta esos días maravillosos.Haz que sean mágicas esas estrellas, creo que tu tienes algo de mago.Besos, Juanse.

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