Amor de Cinema

Estaba sentado en la entrada al cinema, la vi, su cabello rubio soltaba un olor delicioso, su cuerpo era esbelto y muy bien moldeado, sus ojos, grandes, cafés, su piel amarilla y su sonrisa perfecta y resonadora, la vi, ella me miró, le sonreí y me sonrió. Hice la fila tras ella para comprar la entrada, ella volteó, me volvió a mirar y volvió a sonreír.

-¿Cuál será buena para vernos?- me preguntó.

-¿Para vernos?- volví a preguntar.

-Si, si me estás siguiendo es porque vas a entrar a ver la misma pelicula que yo.

-Y a ti ¿qué te hace pensar eso?- pregunté nuevamente.

-Pues mirá, me seguiste con la mirada cuando entré, te interesé y vos me interesaste, si no, no te habría sonreído.

-Es cierto. ¿Cómo lo sabes?.

-Sexto sentido.

-jajajajaja, otra con el sexto sentido.

-¿Qué pasa?- preguntó.

-Pues, que no creo mucho en el sexto sentido.

-Entonces, ¿Cuál nos vemos?- volvió a preguntar.

-Pues no sé, escoge tú.

-Bueno, nos vemos la Era de Hielo.

-No, qué pereza los niños.

-¿Un martes a la 1 de la tarde? A esta hora no va a haber niños, además ya todos entraron de vacaciones.

-Bueno, La Era de Hielo.

Entramos a la película. Ella se sentó a mi lado derecho, me sonrió, y siguió con su cuestionario.

-¿Por qué venís solo a cine?

-Porque no tengo con quien venir, además, no me gusta mucho conversar en el cinema.

-¿Perdón?, ah entonces me voy para otra silla.

-No, relajate, vos me interesas además quiero saber lo mismo, ¿Por qué venís sola a cine?

-Por las mismas razones que vos.

La pelicula comenzó, ella al igual que yo era partidaria de no comprar en el cinema porque los precios de las comidas son excesivamente exagerados, así que no compramos nada.

En medio de la pelicula, el brazo de mi lado derecho se movió hacía arriba, ella me levantó el brazo y se recostó en mi pecho, mi mano llegó a su cadera y ella con la suya me la tomó, luego de un rato, empezó a rozarme con sus dedos el cuello y a subir su cara, me besó, fue un beso lleno de vértigo, las mariposas de mi interior estaban alborotadas, revoloteaban de un lado a otro.

-Me gustas.- dijo.

La pelicula terminó y salimos del teatro.

-¿Nos vemos el martes a las 2?- dijo.

-Ok, pero igual, dame tu telefono.

-No, el martes te lo doy.

-Bueno.

Un gran beso nos despidió, ella recorrió mi espalda con sus manos mientras nos besábamos y luego se fue, yo me quedé pensando en esa situación tan extraña y en qué le haría para el martes. Solo un problema. ¿Cómo se llama?, nunca me dijo su nombre, ¡Maldita Sea!

8 comentarios

  1. No me habría importado lo más mínimo vivir una historia como ésta, tal como la describes, pero la verdad es que cuando he ido sola al cine, sólo he encontrado ancianas…Un saludo!

  2. juanse como siempre todo me gusta mucho….cosas muy cotidianas pero super chevres como siempre…ademas siempre me dejas con mil dudas jajaja…congraaats

  3. Solo una cosa: esa niña tenía las mismas malas mañas de cierta persona que amaga a irse con comentarios así…sé que lo más seguro es que no lo recordaste al escribirlo pero así es…jejeje.y perdón por no comentar algo "literaturario"

  4. ya quiero saber q va a pasar el martes a las 2…..porq son tan magicos los martes??Excelente articulo…me dejaste con ganas de ver la era de hielo 🙂

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