Reencuentro

Ilustración: JuanSe

Estaba cerrando el telón de una relación y en las recomendaciones para agregar ella se apareció, se preguntó si tal vez era esa del pasado, y cuando la agregó era quien había pensado.

Le habló solamente para saber cómo estaba y ella sin ningún desvelo, toditito le contaba, al él hacerla reír y ella ver su alegría, al Messenger de repente dijo que lo agregaría. Tal vez era el pasado o ese maldito destino pero esta oportunidad ante cualquiera es un desatino y seguían conversando y riéndose de la vida y a veces la recordaba con rabia y con alegría; se acordaba que ella, fue su primera canción y que también fue el sueño que durante muchos meses le faltó. Igual, estaba contento, tenía con quién hablar, alguien con quien reírse y hasta en las noches soñar

Luego de un tiempo hablando, unas dos o tres semanas, ella pidió las canciones que de su puño sacaba. Él sonrió y se puso rojo, no sabía si significaba, o si alguna de esas letras la había dejado marcada. Ella volvió a mirar lejos, sonrió sin decir nada, solo esperaba el momento en que él se las enviara.

Las perdió hace unos meses, luego de más de cinco años y ahora que lo encuentra quiere leerlas a diario. Él empezó a mandarlas, una por una, año tras año, miraba en todo su archivo y el recuerdo fue llegando.

No lloró y es aceptable, tal vez lo había superado, pero igual fueron sentimientos que con amor había plasmado, le mandó dos grabaciones y tres letras en un Word, ella le dio las gracias pero nada le creyó.

Solo hasta que él arriesgado, pese a su timidez, le contó la decisión de escribirle alguna vez, ella maldijo el momento en que le había dicho adiós, también dijo sentirlo, que nunca fue su intención

Él entendió sin problemas, nunca la había odiado, es más cuando se alejó, en silencio la había amado y aunque a tristezas y llantos, le sumó un amor profundo, alejarse de ella lo tranquilizó un segundo; y ella ahora entendía, porque tal vez la distancia y esa manera tan fría en que él se fue de su estancia.

Entonces ahí decidieron salir y verse algún día, para hablar de ese pasado y tomarse una malta fría.

Entre charlas y charlitas, chistes buenos y otros malos, se hablaron esa tarde y a un acuerdo no llegaron.

Poco a poco fue pasando, el tiempo en la habitación, él en el monte escribiendo ella en una gran construcción, no llegaban a un acuerdo, pero ambos se recordaban y ella aun se maldecía, por perderlo en el pasado.

En una canción tal vez, le expresó ese sentimiento, él no supo qué hacer, solo disfrutó el momento

Y así entre canciones y rimas, se fueron mandando besos, él era un idiota más abarrotado de recuerdos. Ella solo sonreía por leer sus pendejadas y a veces ¿Por qué lo eché? entre dientes preguntaba.

El día pasó tranquilo y ella soñaba con él, él tan solo sonreía cuando en línea la podía ver. Volvieron a quedar de verse, pero nada aconteció, ella estaba ocupada y no lo podía atender, apenada esa noche, mil disculpas le pidió, quedaron de verse pronto y seguir la conversación.

Igual se enviaban canciones que se podían dedicar, ninguno decía nada, pero se podía notar.

Luego de haber conversado y él haber escrito un cuento, ella sonrió, miró al cielo y pidió tener recuerdos. Lo había olvidado todo, pero igual lo disfrutó, la memoria que él tenía, volvió y la maravilló; revivió tantos momentos de la infancia, del pasado, del momento en que pequeños él se había enamorado y aun están diciendo cosas, frente a frente, separados, el en su casa en el monte ella en su edificio alto.

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