Encuentro perfecto
Guardé el pañuelo después de haberme sonado la nariz, tomé el libro entre mis manos, las puertas del metro se abrieron. Entré y la vi. Tenía el cabello rojo, ensortijado, le caía hasta la mitad de la espalda,…
Guardé el pañuelo después de haberme sonado la nariz, tomé el libro entre mis manos, las puertas del metro se abrieron. Entré y la vi. Tenía el cabello rojo, ensortijado, le caía hasta la mitad de la espalda,…