Un bobo enamorado
Las tardes de Luis transcurrían entre jugar con las palomas del parque y entrar a misa en la iglesia. Su edad, veinticuatro años, sus ojos verdes que muchas veces se le veían colmados de lágrimas, igual nadie le prestaba atención,…
Las tardes de Luis transcurrían entre jugar con las palomas del parque y entrar a misa en la iglesia. Su edad, veinticuatro años, sus ojos verdes que muchas veces se le veían colmados de lágrimas, igual nadie le prestaba atención,…